Es Racó d’Artà: El agroturismo que combina naturaleza, paz y alta cocina en Mallorca.

Vistas desde la piscina de Es Racó d'Artà
Vistas desde la piscina

Hace casi un año escribí una reseña sobre la estancia que disfruté en Es Racó d’Artà, un agroturismo en plena naturaleza mallorquina. Ya sé que hay miles de sitios donde desconectar, más llamativos, más lujosos…, pero no son Es Racó. No es que te imponga la desconexión, te la regala, sin que te des cuenta. Llegas con la cabeza a mil, pero poco a poco el aire fresco, las vistas y ese silencio natural te van bajando las revoluciones.

Con unas instalaciones que son un equilibrio perfecto entre lo rústico y lo moderno, usando materiales locales y sostenibles, pero sin perder un ápice de comodidad demostrando que no es necesario sacrificar confort por ecologismo. 

Escribir reseñas no es algo que haga habitualmente, salvo que el lugar donde estuviera me haya aportado algo lo suficientemente significativo como para que me apeteciera compartirlo. Tal fue el caso en mi primera visita y estancia, y lo ha sido ahora en esta nueva visita, aunque más breve, pero igual de satisfactoria.

Foto Racó dartà
Area exterior con vistas a la montaña
Terraza

No fue una sorpresa que recientemente recibieran la Llave Michelin, un reconocimiento que va mucho más allá de la comida. La Llave Michelin es para esos lugares que contribuyen significativamente a la experiencia del viajero, y Es Racó d’Artà lo hace con creces. Ser evaluado y considerado excelente en categorías como arquitectura y diseño de interiores, calidad del servicio y personalidad, pero sobre todo, la experiencia del huésped; es la recompensa a las cosas bien hechas, de verdad.

La comida… Ah, la comida. Aquí es donde empieza la magia de verdad. Todo lo que te sirven proviene directamente de su huerta, y se nota en cada bocado. La frescura de los ingredientes, el sabor auténtico y la presentación de los platos te hacen apreciar la comida de otra manera.

Y hablando de experiencias, que es la razón de este merecido artículo, quiero mencionar la cena que disfrutamos con mi mujer hace unas noches. El cambio de carta vino precedido de excelentes críticas de amigos, así que no pudimos resistirnos. El personal está a la altura del lugar: cercanos, correctos, atentos e invisibles cuando deben serlo. Algo que hoy en día no es fácil encontrar.

Productos locales de materias prima cultivadas en Es Racó d'Artá
Productos locales de materias prima cultivadas en Es Racó d’Artá
A la que se despistan, yo a lo mio….

Tengo que agradecer especialmente a Tom, quien nos guió a través de la carta con tal habilidad que no pudimos resistirnos a sus recomendaciones. Lo mejor de todo es que no solo es un conocedor de los productos, sino que realmente los vive, y eso se nota. Ninguno de los platos defraudó: sabores reales, productos de excelente calidad manejados con respeto, que nos dejaron completamente encantados.

Recomendar platos no va conmigo, tampoco recitar la carta. Creo que es algo que deberíais experimentar vosotros mismos, así evito crear expectativas innecesarias.

Un detalle que no puedo pasar por alto: la atmósfera del restaurante. Pudimos hablar tranquilos, sin levantar la voz, algo que en estos tiempos es casi un lujo. El lugar invita a bajar el tono, casi a susurrar, porque hay un silencio respetuoso que todos los comensales parecíamos entender. Esa tranquilidad hace que disfrutes aún más de la comida y de la compañía, sin distracciones.

Y si te tienta la idea de quedarte a pasar la noche (porque créeme, te va a tentar), lo tienes todo a mano, aunque no al alcance de todos los bolsillos. La realidad es que estos lugares tienen un precio elevado, y eso no es ningún secreto.

En fin, espero que si tienes la posibilidad de visitar esta pequeña joya ubicada entre las montañas de Artà, la disfrutes tanto como lo hemos hecho nosotros.

Fuente e Imágenes: Villegas Photo

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *