– Entre flashes, moda y algo más que diseño –
A veces, uno va a cubrir un evento con la idea clara de qué fotos quiere llevarse a casa. Pero hay noches —como la del Mallorca Design Day en la Fàbrica Ramis— que te descolocan un poco. En el buen sentido.
Llegué a Inca con la mochila cargada y la cámara lista. Sabía que habría desfiles, premios y mucho postureo. Pero no esperaba encontrarme con un ambiente tan auténtico y dinámico.
Nada más entrar, te topabas con una bienvenida por parte del staff que te dirigían a tu sitio donde me encontré a los compañeros que solemos coincidir en estos eventos. Desde donde estábamos podíamos observar a una futurista “Lola”, la asistente virtual del evento, que saludaba desde una pantalla. A los pocos minutos, Isabel Jiménez, con esa soltura de quien lleva muchos escenarios a sus espaldas, tomó las riendas de la gala. Un homenaje al diseño en todas sus formas.
La primera parte de la noche fue para el food design. El vídeo que proyectaron —una especie de viaje gastronómico— me sorprendió bastante. La gente se quedaba mirando la pantalla con cara de «wow».
Momentos de la entrega de los premios honoríficos por parte de Raquel Arañón y discurso de Roberto Verino
Luego vinieron los premios honoríficos, con nombres como Roberto Verino, Lázaro Rosa-Violán o Tomás Alía. Aunque no soy de seguir mucho la moda o el interiorismo, escucharles agradecer el reconocimiento con ese tono cercano, sin pomposidad, me hizo pensar que a veces las trayectorias largas también tienen algo de poético. O igual era cosa de la luz cálida del escenario, que me tenía en modo nostálgico.
Y entonces, la pasarela.
La colección de Aina Bennasar, con sus transparencias y tejidos que inspirados en los líquenes, me obligó a cambiar el ángulo. No solo por la estética, sino por cómo se movía la ropa: fluida, pero con intención. Me gusta cuando la moda no solo se ve, sino que te obliga a mirar dos veces.
Después desfilaron las colecciones de Milla Kaplan, Aida Quetglas y Gemma Sintes. Cada una con su universo, pero todas compartiendo algo muy de aquí: esa mezcla entre tradición y mirada hacia el futuro. Como fotógrafo, agradezco cuando hay narrativa detrás de lo visual, porque eso se nota en cada detalle, desde la pose hasta la textura del tejido.
La ganadora, Verónica Lagares, cerró con una colección distópica donde lo robótico y lo emocional se daban la mano. Curioso cómo algo tan frío como la tecnología puede servir para hablar de empatía. Saqué varias fotos intentando captar esos gestos pequeños que dan dinamismo a cada pase.
También se entregaron premios a proyectos de interiorismo y paisajismo. Me llamó especialmente la atención el de Belén Sánchez López, con su concepto de redes tejidas como lugar de encuentro. Algo muy visual, muy orgánico, que me recordó a ciertas instalaciones que fotografié hace unos años en Amsterdam. El de paisajismo, firmado por Belén Martínez Balagué, era más sobrio pero igual de bonito, sobre todo por su respeto hacia el entorno.
Cerró la gala Raquel Arañón, fundadora del festival, que habló con orgullo (pero sin alardes) del crecimiento de Mallorca Design Day. Se notaba que esto no era solo su trabajo, sino algo que le toca de cerca.
Por mi parte no tengo mucho mas que decir, siempre intento no perderme esta cita. Es un evento al que tengo mucho cariño y me costa el esfuerzo que ponen todos en que se diferencie en calidad y originalidad teniendo siempre presente y respetando el producto y talento local.
Texto e Imágenes: Villegas Photo
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